miércoles, 6 de julio de 2011

Comentario CARLA A. RONDON Q.

COMENTARIO SOBRE LA ATMOSFERA


EL INTERÉS por el aire que nos rodea se ha despertado en el común de la gente no hace mucho tiempo. No resulta difícil explicarse este hecho; el aire, siendo una mezcla de gases, no puede observarse, manejarse o estudiarse de la misma manera que una roca, o una muestra de líquido, así que es relativamente fácil olvidarse de él. Sin embargo, esta delgada capa de nuestro planeta que representa una millonésima parte de su masa, tiene un papel tan importante en la naturaleza, que es incluso fundamental en el sostenimiento de los procesos vitales. La atmósfera, por ejemplo, nos protege de los rayos X y la luz ultravioleta que provienen del Sol y que serían fatales si éstos alcanzaran la superficie. Esto tiene que ver con un tema de gran actualidad y al que se le ha dado muy amplia difusión y que es el de la presencia de la capa de ozono en la estratósfera. Es precisamente esta capa la que no deja pasar la radiación ultravioleta al absorberla en su totalidad defendiéndonos de sus efectos nocivos. Entre éstos podemos contar la posible producción de cánceres de piel, la destrucción del plancton marino y, por ende, modificaciones a la fauna del planeta. Como se puede uno imaginar, las ocurrencias de los efectos mencionados tendrían consecuencias catastróficas. Muy recientemente se ha reportado en la bibliografía científica los resultados de observaciones que indican que una disminución muy importante de la capa de ozono ocurre durante la transición de invierno a primavera en el Polo Sur y que parece ser producida, al menos en parte, por la acción de sustancias que el hombre deja escapar a la atmósfera. Estos resultados alarmantes han motivado que se realicen múltiples investigaciones para tratar de determinar el efecto que las mencionadas disminuciones tendrían sobre la salud y el ambiente y, al mismo tiempo, están obligando a que la humanidad llegue finalmente a un acuerdo para controlar las sustancias que afectan la capa de ozono.

Los rayos X son detenidos mucho más alto en la atmósfera, donde causan ionizaciones en los gases presentes. Éstas consisten en que partículas eléctricamente neutras pierden electrones por impacto con un fotón de rayos X, convirtiéndose en iones, que vienen a formar parte de la ionósfera.

La atmósfera también evita que el bombardeo meteorítico constante sobre nuestro planeta nos afecte, destruyendo los meteoros antes de que lleguen a la superficie. Hay otras maneras en que la presencia del aire se hace manifiesta, algunas de ellas muy sutiles.

Carla A. Rondón Q. C.I: 18.845.752

Sección: ´´C´´

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